Luciérnaga en el cielo

2–3 minutos

En el chat de grupo que tenemos en mi familia, mi hermano publicó una foto del poema escrito a mano por su hija Ivanka. Él dijo que ella lo llamó una obra de arte, y enseguida le pregunté si podía compartir lo que había escrito. Le puse de título “Luciérnaga en el cielo”.

Siempre me ha cautivado la capacidad creativa del ser humano para expresar los pensamientos y sentimientos más profundos de la mente y del corazón. Ese poema me hizo volver en el tiempo. Trajo recuerdos muy vívidos de su primer año de vida. Aún no abría los ojos y dormía mucho. La visitaba cada vez que podía. La acostaba en mi pecho. Le hablaba y le dejaba sentir mi respiración.

Durante su primer año, Ivanka vivió en casa de los abuelos maternos. Y tras el fallecimiento de Yuriko (cáncer), Josué decidió tomar a su hija. La respuesta que recibió fue: “Creímos que tendrías la grandeza de entregar a tu hija a cambio de la que hemos perdido.”

Luego de recibir una demanda por pensión alimenticia, Josué presentó una demanda reclamando la tenencia de su hija, quien era retenida de manera ilegal. Cerca de 400 personas publicamos y compartimos en medios digitales la campaña “Ivanka con su padre”, como protesta contra la injusticia: la negación de la tenencia, el soborno, la demora injustificada, y el comportamiento ilícito y malicioso de los abuelos maternos, quienes le negaron a Josué innumerables oportunidades de ver a su hija durante el proceso legal.

No creo haber entendido jamás el nivel de dolor que esos tres años de espera causaron en mi hermano. Pero saber—y ver—que mi sobrina puede hoy expresarse con libertad me dice que él está haciendo un gran trabajo como padre.

Esto fue lo que escribió Ivanka en memoria de su madre:

Linda luciérnaga, como ángel en el cielo, Velando toda la noche, ansiosa te notas. Tu partida se siente como un sueño, Sintiendo pesar, cada día de cada año.

Fuerte pero falible, la espera es larga. Diminutas memorias de tu paseo, Ignorante de tu siguiente visita. Cabellos como los tuyos me hubiera gustado tocar.

¡Tic, tac! El reloj avanza. Cada día duele más que el anterior. Gota a gota, los nulos recuerdos se desvanecen. Deliciosa comida, cada día esperándote, Ya bien definido, que te fuiste de viaje y no regresarás.

Aterrada, pues si voy, tu dolorosa memoria volvería. Hermoso ángel, que tuvo que volver al cielo. Viendo hacia arriba, esperando ver tu imagen. Todas las noches pienso: te extraño madre.

En Rumanía me hice mi primer tatuaje en el pecho. Dice “Ivanka con su padre”. Se lo mostré a mi hermano seis años después.

Recuerdo a Yuriko con mucho cariño. Una mujer inteligente, guapa, fashionista y guerrera.

Todos los que nos tomamos un selfie para la campaña
Todos los que nos tomamos un selfie para la campaña