Estábamos sentados uno frente al otro. El jefe de mi jefa y yo. Una reunión para explicar por qué no había sido seleccionado como líder de equipo. «¡Felicitaciones!», me dijo. «Porque quedaste muy cerca del elegido. Es solo que no tienes las habilidades paternales para liderar un equipo.»
La primera parte de la entrevista era desafiarnos a usar un ejemplo de la relación entre la persona que lidera un equipo y el equipo. Así que decidí usar el ejemplo con el que más me había relacionado por los últimos 15 a 20 años: una orquesta sinfónica.
He tocado como primer y segundo violín en dos orquestas sinfónicas de mi ciudad natal. En la juvenil y en la Orquesta Sinfónica de Trujillo. ¡Experiencias increíbles! Es un nivel al que no creo que pueda regresar. Ya tengo otros intereses. Pero cada vez que oigo música clásica o incluso folclórica de Perú, me hace sentir que mis dedos se mueven. Que mi cerebro se activa. Me hace muy contento.
El ejemplo fue así: una orquesta necesita un número X de miembros y alguien que la dirija. Y necesita una tarea: la pieza que van a interpretar. Para aquellos que no están familiarizados con el proceso, lo describiré muy rápidamente.
Una pieza es seleccionada. Y los miembros (no son principiantes) deben venir preparados para el ensamble. La persona que dirige guiará la orquesta a seguir a través de todas las partes de tal pieza. Esas partes son usualmente cambios. En rasgos generales, cambios de tiempo y tonos.
La participación de los miembros no es la misma. Cada miembro tendrá un momento o varios en los que ejecutará lo requerido. Preparación y atención son necesarias. Los instrumentos deben estar siempre afinados.
Todo esto para decir dos cosas. La primera es que la persona que fue elegida tiene un hijo. Ahora resulta que para ser líder, debes ser también padre. Si te preguntas si hubo más observaciones acerca de por qué no fui elegido, la respuesta es no. Fue la única razón.
Y la segunda es que esto es para mí una verdadera representación de liderazgo y trabajo en equipo. Cada uno debe hacer su parte de forma excelente. Y la persona que dirige debe saber qué pieza se va a interpretar. No es una sesión de improvisación.
Ave Migratoria 