6 cosas que alivian el dolor de espalda

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Hace tres años durante la pandemia empezó un dolor en mi espalda baja que duró varios meses. Después de un par de visitas a una neuróloga y una resonancia, el diagnóstico fue una hernia de disco.

Adelantamos un poco la historia hasta junio del 2023. Volví a un neurólogo y una nueva resonancia. Sorpresa. Dos hernias de disco y unas cuantas inflamaciones alrededor.

Durante los dos primeros años me culpé por una rutina de ejercicio extenuante. Se me había metido en la cabeza que podía entrenarme sin ayuda para participar en alguna triatlón como principiante. Tres horas diarias, ni recuerdo cuándo o cuánto descansaba.

Ya sé que es cliché. Pero lo de tener una alimentación balanceada, dormir bien, y tener días de descanso no es broma, y no debería ser tampoco asunto de preferencia.

Por dos años y medio fui a sesiones de masaje y fisioterapia. Y aunque pensé que estaba mejorando, el 2023 fue la mejor pausa de actividad física intencional que he hecho. Toqué el botón de reinicio.

En el 2024 empecé mi tercer tratamiento de masaje terapéutico. Si tengo que describírtelo, te lo explicaría así: «es un masaje en el que sientes que te mueres.» El terapeuta hace muchísima presión para llegar a los puntos que necesitan volver al estado ideal de relajación.

Estas son 6 cosas que he aprendido en los últimos 8 meses:

  1. No hay entrenamiento que pueda vencer no haber dormido suficiente. Honestamente, cuando no duermo bien o suficiente, mis entrenamientos van mal o compenso con un entrenamiento agresivo.
  2. Necesito al menos dos días de descanso físico a la semana. No soy un robot, y si lo fuera, ellos también necesitan mantenimiento. Dos días. Así me recupero y empiezo con más energía y entusiasmo.
  3. Alimentación sana y balanceada no es solo para tener un abdomen plano. Si quiero estar bien, debo comer bien. Mi escuela repetía la frase: mente sana en cuerpo sano.
  4. La terapia física no es solo para relajar mis músculos, es para prevenir lesiones y conocer mi cuerpo. He buscado tun terapeuta que tiene buen conocimiento del cuerpo y que también ha hecho deporte. Es lo que se ajusta a mi estilo de vida.
  5. Las hernias no son necesariamente una consecuencia de una actividad física específica o la falta de ella, también son una predisposición genética.
  6. Consistencia y equilibrio. He logrado finalmente combinar todos estos puntos para crear una rutina de ejercicio, alimentación, descanso y terapia que me hacen sentir menos irritado y mejor preparado para enfrentar mi día.

Ahora solo falta hacer mi visita de rutina para un control médico general y estoy listo para el horno como pavo en Navidad.